Como esperábamos, no dedicamos mucho tiempo a la ciudad. Polución, mucho calor, horarios oficiales que no se cumplen…lo dicho, le daremos otra oportunidad más adelante (o no…).
Destacable por supuesto el palacio de los Normandos, con su decorada capilla palatina. También sus pequeñas iglesias, como la Marmorana, encantadora, oscura. Y la gran fuente Pretoria, destinada originalmente a una ciudad toscana, o los Quattro canti, cruce de calles con cuatro fuentes en fachada.
O su catedral, con un exterior normando de gran elegancia, su pórtico sur catalán y su pulcro interior.
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