sábado, 7 de agosto de 2010

Sicilia, tres mares al alcance de la mano


Hemos amanecido en Trápani, ciudad portuaria en el Mediterráneo, en el extremo oeste de la isla. Su centro compacto se remonta a la conquista árabe, desde cuando se convirtió en un punto clave en el comercio de la sal de las cercanas salinas y del atún de las no menos próximas almadrabas.

Buena temperatura, brisa agradable y un gran caserón decimonónico de techos inalcanzables y estancias infinatemente comunicadas. Imposible no pensar en los viajeros de antaño, que "alquilaban unas habitaciones" en tal o cual palacete burgués que apuntaba la decadencia que hundiría la vida en Sicilia y empujaría a millones al exilio americano.



Ventanas con celosías abatibles, un detalle con mensaje escondido:



A la vuelta de la esquina nos esperaba nuestro coche. O eso pensábamos. Pequeña tiendecita a modo de concesionario semiabandonado. Simona tras el mostrador, sin mirarnos a los ojos nos comenta que nuestro coche ha tenido un acccidente con sus anteriores ocupantes y que sólo tiene un minúsculo vehiculo donde cabe una maleta, de píe y moderada de tamaño. Indignación, llamadas a la central por nuestra parte, esa actitud de "no tickets, no solution (algún lector comprenderá...)", y finalmente, la muy mala opción de cambiar de coche en el aeropuerto de Catania. Con distancias mucho menores, pero como si estás en Pontevedra y te dicen que te acerques a Valencia a cambiar de coche...

En fin, que tras muchos intentos, como no nos queda otra que no nos haga perder más tiempo, embutimos el equipaje en un Chevrolet Spark:



Maletas entre los asientos, mochilas sobre las cabezas... Y nos cruzamos Sicilia en un golpe de volante, desde el Mediterráneo al Jónico catanés, pasando por el Tirreno que nos acompaña la mayor parte del camino.

Mucho tráfico en la costa y desolación absoluta en el interior, elevado y ocre por el verano. Una larguísima autovía construida sobre un viaducto infinito, como no queriendo posarse en una tierra protegida o maldita.

Al fin, cambio de coche sin incidentes, día trastocado, pero llegada anticipada a Siracusa, que nos permitirá una tarde estupenda en esta ciudad milenaria.

2 comentarios:

  1. Todo él es un gran maletero, por eso no tiene ningún espacio determinado con ese nombre...

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