Cuando la primitiva colonia de Naxos, precursora en Sicilia de la ocupación griega, fue arrasada por su vecina Siracusa, los pocos supervivientes se encaramaron al cercano monte Tauro y fundaron la ciudad hoy conocida como Taormina.
Una nueva invasión se sucede desde hace un par de siglos, momento en el que literatos, pintores y aristócratas de toda Europa la eligieron como fuente de inspiración o como exilio dorado.
A pesar de la gran cantidad de visitantes, la ciudad encaramada a las altas colinas junto al mar parece resistir y maniente una identidad más auténtica que tantos otros lugares anegados por el turismo. Un festival internacional de cine, otro de treatro y ópera en su magnífico teatro griego y multitud de hoteles lujosos contribuyen a aumentar la marea humana que realiza la tradicional "passeggiata" por la calle principal.
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